El pasado sábado 22 de junio 2024, en la emblemática Ermita de la Victoria, ubicada en las montañas que rodean la bahía de Alcúdia, tuvo lugar la ceremonia de boda de Maria y Martí. En un entorno idílico y rodeados de la naturaleza mallorquina, los novios celebraron su amor en una jornada que será recordada por su belleza y emotividad.
La ceremonia, oficiada en el interior de la histórica ermita del siglo XIII, contó con la presencia de familiares cercanos y amigos íntimos. La Ermita de la Victoria, conocida por sus vistas panorámicas hacia la bahía y su entorno natural privilegiado, ofreció el escenario perfecto para esta ocasión tan significativa. Los novios, eligieron este lugar no solo por su belleza, sino también por el fuerte vínculo sentimental que tienen con la isla y su historia.
María, radiante con un vestido diseñado por la reconocida firma española Escuer, y Martí, en un elegante traje de Santa Eulalia, intercambiaron sus votos en una ceremonia emotiva que arrancó lágrimas y sonrisas entre los asistentes. Los votos personalizados, cargados de emoción, reflejaron la autenticidad y el profundo amor de la pareja, quienes tras muchos años de relación decidieron unir sus vidas en este enclave único.
Tras la ceremonia religiosa, los invitados fueron trasladados a una finca cercana (Sa Torre de Sa Vernissa) en la que tuvo lugar el precioso banquete, muy romántico y mediterráneo, con un menú en el que destacaron algunas referencias de la cocina mallorquina. El aperitivo en el jardín de la piscina, estuvo muy animada gracias a la actuación del grupo «TOMAYDAKA», que interpretó una selección de canciones rumberas, además de clásicos contemporáneos. La pista de baile cobró vida con la llegada de la noche junto con la banda popular de las fiestas mayores de la isla «VALDE9» y los invitados disfrutaron de una velada llena de alegría bajo un cielo de estrellas.
La organización y estilismo a cargo de la Wedding Planner Mireia Baró, fue capturado por el fotógrafo Alejandro Crespi y Eunoia Video, reconocido por su habilidad para retratar momentos especiales en escenarios naturales. Las fotos reflejan no solo la belleza del entorno, sino también la complicidad y el amor que se respiraba entre Maria y Martí. La pareja ha decidido disfrutar de su luna de miel en un viaje por Japón en el que recordarán su gran día como el más mágico de todos. La boda de María y Martí no solo fue una celebración de amor, sino también un homenaje a las raíces mallorquinas, a la familia, y a los amigos, en un entorno que quedará grabado para siempre en los corazones de todos los presentes.