Reglas para recibir en casa

Después de la boda, ya en vuestra nueva casa, las cenas en las que recibir a amigos, familiares o compromisos, forman parte de un nuevo ciclo en vuestras relaciones sociales. Aunque hoy en día el protocolo no es tan estricto como hace unos años, hay normas básicas que se deben seguir. La forma en que arregléis la mesa dirá mucho de vosotros. Tener en cuenta que además de una excelente comida, el éxito en una cena más o menos formal depende de diversas reglas que tienen que ver con el estilo y la observancia de ciertas normas de protocolo.

Reglas para recibir en casa

En principio el término «protocolo» puede asustar, o parecer que está fuera del día a día de cualquiera de nosotros, pero no es así. Pequeñas pautas y normas no alteran nada más que a nuestros invitados para que se sientan mejor. «Recibir» es «atender» como nos gustaría que lo hicieran con nosotros. «Protocolo» no es más que sentido común y educación.
Partiendo de esas mínimas pautas, pasamos a los detalles:

LA MANTELERÍA
Debemos elegirla teniendo en cuenta la estancia, la vajilla y la cristalería. El mantel, planchado sin marcas de dobleces, en hilo o algodón, deberá colgar al menos la mitad de la distancia que hay entre la mesa y el suelo. Antes de poner el mantel se aconseja cubrir la mesa con una tela gruesa de algodón que proteja el mueble y sirva para amortiguar el ruido de los platos.

Tan correcta puede ser esta elección como otra totalmente informal, dependiendo de las personas que vengan a casa, y lo acertado será escoger en cada momento la opción oportuna. La creatividad es estupenda y bien recibida, siempre teniendo en cuenta que no estamos hablando de manteles de papel y platos de plástico, pero he tenido oportunidad de ver en cenas impresionantes manteles confeccionados de papel de burbujas que me han encantado. Pensar en materiales y opciones que pueden sorprender o agradar a la vez que cuidar los detalles. Ante cualquier duda es más importante elegir una opción conservadora que una «alternativa» de la que no estemos seguros y podamos fallar.

Por supuesto, si tenéis una mesa «preciosa», es suficiente con poner unos caminos, individuales o unos bonitos bajo-platos.

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LAS SERVILLETAS
Deben ir a juego con el mantel. Se pueden colocar sobre el plato o a la izquierda del primer tenedor, si el primer plato es sopa o crema. Doblada con sencillez, sin formas rebuscadas.
Como en todo lo que hablemos, el componente de la sencillez es esencial. Una vez más podéis tener toda la imaginación del mundo en cuanto a materiales o por ejemplo en servilleteros, una tira de rafia, una rama de hiedra, una cuerda, etc., pero siempre intentando que el resultado sea sencillo, sutil.

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LA VAJILLA
Debe armonizar con la cubertería, loza para el acero inoxidable y porcelana para la plata. Es muy importante que antes de invitar a nadie contéis las piezas de las que disponéis en vuestra vajilla, ya que no se deben mezclar platos de distintas vajillas a no ser que optéis por una opción del «todo lo contrario», que no es otra que poner todos los platos distintos. En el caso de tener iniciales o dibujo, deben ir siempre orientados en la misma dirección, en la parte superior.

Si utilizáis bajo-plato, no se debe quitar de la mesa hasta el postre, y sirve como base de los platos que se vayan sacando. Si no tenéis bajo-plato, se utilizará un plato llano como apoyo del hondo. Nunca se pondrán dos platos llanos juntos, ni un plato de sopa directamente en el mantel.

El plato del pan se colocará a la izquierda del comensal, con un cuchillo pequeño para la mantequilla, que no es necesario si no ponéis la mantequilla. No olvidemos que el pan se partirá siempre con la mano, en pequeños pedazos que nos llevaremos a la boca con la mano.
Sólo después de retirar el segundo plato junto con el bajo-plato y el plato del pan, se colocará el de postre. Si el café va a ser servido en la propia mesa, retirar antes los platos de postre y los cubiertos. Dejaremos las copas de agua y las de vino.

LA CUBERTERÍA
Debe ir de acuerdo con el menú que se vaya a servir. Los tenedores se colocan a la izquierda del plato. Las cucharas y los cuchillos, siempre con el filo hacia el plato, se colocan a la derecha, de tal forma que los primeros en usarse sean los que estén más alejados del plato. Tenedores de tres puntas para el pescado y de cuatro para la carne. Cuchillos con forma de espátula para el pescado y dentado para la carne. En caso de servir un entrante, añadiremos un tenedor de menor tamaño, con cuatro puntas.

Los cubiertos de postre se ponen en el momento de servir los postres. Si se ponen desde un principio en la mesa, se colocan entre el plato y las copas. Junto al plato el tenedor con el mango hacia la izquierda y junto a las copas la cucharilla, con el mango hacia la derecha.

Al terminar cada plato, se dejaran el tenedor y el cuchillo paralelos sobre él (ligeramente hacia la izquierda marcando las «11» como si fuera la aguja de un reloj). Nunca cruzados, ni apoyados contra el plato y mucho menos sobre el mantel.

Si sobra algún cubierto limpio del plato anterior, se debe retirar también.

LA CRISTALERÍA
Evidentemente es más apropiado poner copas que vasos. La cristalería debería ser transparente, de manera que se pueda apreciar el color y el reflejo del vino. Se puede jugar con los colores en las copas de agua.

La colocación de las copas de vino dependerá del menú. Son imprescindibles una copa para el vino y otra para el agua. Podemos optar por dos opciones, copa de agua más grande y vino más pequeño, copa grande para el vino tipo «borgoña» o lo que se está haciendo más últimamente, poner dos copas grandes iguales. La de agua a la izquierda. Si vais a servir dos clases de vino, tinto y blanco, deberéis poner dos copas de igual tamaño. La copa de cava se pondrá hacia la derecha y atrás y se retira en el caso de que el cava se tome en el aperitivo.

Reglas para recibir en casa

CONSEJOS GENERALES
Los últimos detalles son también muy importantes. Si decidís poner unos arreglos frutales o un centro de flores, que sean bajos y más bien pequeños. Procurar evitar fragancias fuertes, por la mezcla de olores.

Las velas y los candelabros siempre de noche y cuando las dimensiones de la mesa lo permita. Evitar los jarrones altos. Entre un cubierto y otro dejar una separación de unos 45 cm. y un diámetro de unos 60 cm. para cada comensal.

A ser posible que la mesa no esté muy pegada a la pared, para mayor comodidad de vuestros invitados. Cuidar la iluminación.

El vino y el agua se servirán durante la comida, no estarán encima de la mesa desde un principio. Si el vino que habéis elegido es un reserva o un gran reserva, presentarlo en cestillo. El pan, mejor un panecillo que una rebanada. Nunca se deben usar palillos.

Como norma final del servicio de mesa, siempre se ha dicho que la mesa «muere» en ese momento, lo que quiere decir que todo queda como está, que no se retira ni se recoge nada y que los invitados pasan a sentarse en un sofá en la zona de estar donde ya podemos ofrecerles el café, si no se ha tomado en la mesa o un licor o una copa.

La colocación de las personas también es importante. Se puede hacer un protocolo a la inglesa, con las presidencias en los extremos o lo más aconsejable que es un protocolo a la francesa, con las presidencias en medio de los dos lados de la mesa. En principio se pondrán en este lugar los anfitriones y a la derecha de éstos las personas más relevantes de la mesa, ya sea por edad en primer lugar, rango o importancia.

Un asunto importante es el de los regalos o detalles que nos puedan haber traído nuestros invitados, si nos traen un vino, por supuesto hay que abrirlo, nunca guardarlo, si es un ramo de flores, ponerlo inmediatamente en agua y en lugar visible del cuarto de estar, si son bombones los pondremos con el café, y así con todo.

Intentar siempre que todas las normas «estén» pero no se «vean» porque nunca debemos sacrificar el bienestar de nuestros invitados o el que estén relajados y a gusto por ninguna norma estricta de «lo que debería ser».

Debemos estar pendientes de sus inconvenientes: si no saben dónde colocarse, utilizar un cubierto, saber cómo se come alguno de los platos…, y relajar la situación con un comportamiento natural o comentario que haga que nadie se sienta incómodo bajo ningún concepto.

La naturalidad es la primera pauta importante al recibir o ser recibido. No se trata nada más que de disfrutar y en el caso de ser nosotros quienes hagamos una cena en casa, complacer.

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