Siempre que un amigo o un familiar decide casarse nuestra cabeza automáticamente empieza a hacer números. El vestido, los zapatos, el hotel… ¡y el regalo!

Todos sabemos que desde hace años las listas de boda de toda la vida prácticamente han desaparecido y se ha puesto de moda regalar dinero en metálico.
La desaparición de las listas tiene su lógica porque la mayoría de las parejas ya viven juntos y suelen tener resuelto el tema de la decoración, menaje etc., que era realmente la finalidad que tenían: ayudar a los novios a montar su futuro hogar.

¿Qué regalo?

A mucha gente ingresar dinero en una cuenta de un banco no le parece apropiado, aunque hay que reconocer que va más acorde con los tiempos que vivimos. La sensación de estar pagando tu cubierto es realmente lo que parece molesto, frio.
Si os sirve de ayuda, en Mallorca la media suele ser unos 150€ en una boda normal, pero todo depende del tipo de celebración y de la relación que tengas con la pareja.

Un consejo que puede ser útil para los novios y para no incomodar a esos invitados, es crear una mini lista de boda. Siempre hay artículos que necesitamos y que por alguna razón no hemos podido comprar aunque llevemos años conviviendo con nuestra pareja. Una buena vajilla, un buen sofá, un gran espejo, un buen cuadro, esas cosas que vamos dejando y que de esta manera podrían ser “para toda la vida”. Son regalos tangibles y te acordarás de ellos toda la vida.
Algunos invitados que se niegan a lo del dinero buscan también otras alternativas: regalar parte del viaje de luna de miel, el hotel de la noche de bodas, una donación a una ONG elegida por los novios…

¿Qué regalo?

Pero si os tengo que decir la verdad, hablando con los novios y conociendo un poco su situación, evitaremos meter la pata. Por supuesto que es mucho más bonito hacer un regalo personal, pero os puedo asegurar que hay muchas parejas a las que realmente les resulta mucho más cómodo y útil lo de incluir el número de cuenta en la invitación.

Y este mensaje es para los novios que deciden optar por el dinero. No intentéis hacer cálculos, ni aproximados. No baséis vuestra boda y lo que os vais a gastar en organizarla, en el dinero que vais a recibir por parte de los invitados. Os sorprenderá la cantidad de olvidadizos que hay por el mundo.
A las dos últimas bodas a las que he tenido la suerte de ir, los novios casualmente nos han dicho: Yo solo quería que estuvierais aquí y compartir el momento con vosotros. Y así debería ser.
Nunca un negocio.

Comentarios

mood_bad
  • No hay comentarios todavía.
  • Añadir un comentario