Las bodas son un mundo en continuo cambio, es sorprendente como se puede evolucionar tanto en tan poco tiempo. En los últimos años hemos podido comprobar en las bodas en Mallorca como todo se ha ido profesionalizando y evolucionando. Sin embargo, lo que ahora es un evento para celebrar con amigos no siempre fue así, y hay muchas cosas que han cambiado.
Empezando por la vestimenta de los novios, antes de que la boda se convirtiera en un acontecimiento social tan importante, muchas parejas celebraban su boda con su mejor traje o vestido, que en el caso de las novias solía ser negro (como ya os contamos en el post «Novias de negro«). En muchos casos existía la costumbre de usar los trajes tradicionales de la región el día de la boda.
Poco a poco se fue adquiriendo la costumbre de encargar un vestido especial para la novia, y sin duda las bodas de la realeza y la alta nobleza tuvieron una gran influencia en primer lugar entre la burguesía para pasar a ser una costumbre que se fue democratizando, empezando en las grandes ciudades y después en las provincias y pueblos.
Otra influencia importante en la vestimenta de los novios viene del cine, sobre todo de la influencia de Hollywood. En este caso podemos decir que se pasó de un modelo de imitación de la realeza o la nobleza a otro representado por las estrellas de cine y su estilo de vida. Un caso paradigmático que unió ambos mundos fue la boda de Grace Kelly con el príncipe Rainiero de Mónaco. El último caso es muy reciente, con la boda del príncipe Harry y la actriz Meghan Markle.
A veces las costumbres, estilos y modas no son lineales, sino que vuelven como el bumerán. Una costumbre antigua que ha vuelto con nuevas formas de hacerlo es la de dar dinero en efectivo a los novios, algo habitual en las bodas que se celebraban hace unos años. Entonces era costumbre entre los amigos más cercanos del novio coger su corbata, cortarla a trozos y venderlos entre los invitados para sacar un dinero extra para los novios. Por otro lado las amigas de la novia cortaban su liga para venderla también entre los invitados. Pero del mismo modo que ocurre con otras tradiciones, esto también está cambiando y cada vez es más raro verlo en las bodas españolas. Ahora es más común abrir una cuenta corriente donde los invitados hacen un ingreso como regalo.
La antigua tradición de las listas de boda, que reunían todo lo que la pareja iba a necesitar en su nuevo hogar, como la lavadora, nevera, vajilla, cubertería y un largo etcétera, también ha pasado hoy a mejor vida. Era un forma más discreta de poder hacer un regalo sin que se supiera cuanto se habían gastado cada uno de tus invitados, ya que en principio las aportaciones permanecían en el anonimato. Ahora hay listas de boda online que en realidad recaudan el dinero de los invitados con este formato, aunque el valor del conjunto de los regalos al final los reciben los novios en metálico.
Otro aspecto que ha ido evolucionando es el banquete de boda o celebración de la misma. Hace años se trataba de formalizar la unión de dos familias, por lo que los invitados eran una larga lista de familiares a los que rara vez veía uno, a no ser que fuera en este tipo de celebraciones: bodas, bautizos, comuniones o funerales. Hoy como los novios suelen casarse cada vez más tarde, los novios suelen ser los que pagan la boda y no ya los padres, por lo que las celebraciones son cada ve más de amigos y no tanto de familia. Esto reduce mucho la edad media de los invitados y ha llevado a una evolución en el tipo de fiesta, menos formal y más lúdica, con detalles como el fotocall, corners de distintos tipos de comida, más cenas tipo picoteo y por supuesto música en vivo y deejays que no pueden faltar.
Al no tener que invitar a tíos y primos lejanos, vemos como cambia también el número de invitados a la boda, que en España de media son unos 130, bastante inferior a lo que era costumbre anteriormente, aunque la media en Mallorca y el resto de las Baleares es aún menor, situándose en torno a los 88 invitados, la más baja por comunidades autónomas de todo el país. Ya se sabe, muchas veces menos es más y la calidad prima sobre la cantidad.